LECTURA.- Aunque en nuestro equipo de descanso no se mencione una fecha de caducidad como existen en los alimentos, el paso del tiempo también conlleva un desgaste de los materiales y la posibilidad de que con el tiempo tu descanso se vea afectado de manera negativa.
La duración del colchón es algo en lo que tenemos que fijarnos a la hora de cambiar de colchón. No todos tienen la misma vida útil, al final es algo que depende del fabricante y de la calidad de los materiales. Aunque podemos encontrar unos criterios uniformes para la mayoría de los colchones de calidad, sí es cierto que los más modernos pueden incluso superar la media. En cualquier caso, es importante conocer cuál es la vida útil ya que ello puede ayudarnos a prevenir dolores en la espalda y a evitar que nuestro descanso empeore, entre otras.
Pasamos durmiendo en nuestro colchón una media de casi 28 años, lo que equivale prácticamente a una tercera parte en el cómputo de nuestra vida. La palabra colchón tiene su origen en el vocablo francés couche, tomando como referencia la palabra colcha y entendida como cobertura de cama, introducida aproximadamente en 1945.
¿CADA CUÁNTO TIEMPO SE ACONSEJA CAMBIAR EL COLCHÓN?
La recomendación general sobre el plazo de renovación es entre 8 y 10 años. Durante este periodo de tiempo, los componentes del equipo de descanso van perdiendo calidad y efectividad hasta llegar un punto en el que su uso puede perjudicar nuestro descanso. Para llegar a este periodo, lo ideal es conseguir un desgaste progresivo y homogéneo, por ello, se deben seguir unos pasos básicos de mantenimiento. Es decir, un colchón que no se haya rotado y girado lo recomendable perderá más rápidamente sus propiedades para un correcto descanso.
Además, para mantener las condiciones del colchón es importante contar con una buena base. Los especialistas recomiendan cambiar el equipo de descanso al completo, pues una base dañada puede restar efectividad al colchón.
Tampoco hay que olvidarse de la almohada cuyo plazo de renovación es de un máximo de 2 años.
Sin embargo, debemos considerar que al cabo de 5 años, los colchones comienzan a presentarse problemas de salud e higiene, gracias a la acumulación de ácaros y bacterias. También otros de sus factores de cambio, es el uso que se le brinde al equipo de descanso.
No cambiar el colchón cuando corresponde puede suponernos serios problemas para la salud que comienzan con el dolor de espalda, pero también en tensión articular y otras lesiones que pueden ser más o menos importantes y que al final repercuten en nuestro descanso. Ya hemos visto cuál es la duración de un colchón viscoelástico, de un colchón de látex, de uno de muelles y de uno híbrido, no cumplir con los plazos en cada caso puede suponer problemas para nuestra salud. Lo vemos con más detalle:
Dolores de espalda: Al menos un 32% de las personas que los usan ya muy gastados afirma levantarse con dolores de espalda y no haber descansado bien. Los colchones viejos suelen deformarse y hundirse en algunas partes, lo que ocasiona este tipo de dolores.
Dolores de cervicales y cuello: Por las mismas razones que surge el dolor de espalda. Por lo general, el dolor suele ser provocado por deformaciones, hundimientos y abultamientos.
Insomnio: El insomnio es otro de los problemas de dormir en un colchón viejo sumado a la sensación de no descansar. Ello puede derivar en falta de energía y vitalidad al día siguiente y en problemas más serios a la larga.
Desarrollar problemas de alergias: Sobre todo, por la acumulación de los ácaros. Y es que, aunque se lleve a cabo un correcto mantenimiento, estos pueden ir acumulándose con el paso del tiempo y provocar reacciones alérgicas.
Agravar problemas de asma: Las personas que padecen asma crónica corren el riesgo de que esta se intensifique al dormir en un colchón viejo cuya vida útil se ha sobrepasado.
Estrés y problemas de memoria: Derivado del insomnio y de descansar poco. Según varios estudios los recuerdos se asientan durante el sueño, una mala calidad de sueño puede interferir en ellos.
¿CUÁNDO PODEMOS SABER SI HA ACABADO LA VIDA ÚTIL DEL COLCHÓN ?
No es necesario esperar a que nuestro cuerpo nos lo indique con los dolores y problemas mencionados más arriba, de hecho lo recomendable es no llegar a este punto ya que en algunos casos los problemas pueden intensificarse. Existen varias formas de detectar cuando hemos cumplido con la vida útil de un colchón, lo vemos.
Abultamientos o zonas hundidas: Por supuesto, las señales físicas son las más claras. Si vemos que nuestro colchón tiene abultamientos o zonas hundidas e, incluso, abultamientos será una señal clara de que tenemos que cambiar de nuestro colchón. Los colchones están preparados para recuperar su forma tras utilizarlos, hay que fijarse en que vuelvan a la normalidad después de haber hecho uso de ellos.
Te levantas cansado: Hay veces en las que nos sentimos cansados durante todo el día y no sabemos por qué. Es posible que la razón de ello sea nuestro colchón. Y es que, aunque hayas pasado un fin de semana ajetreado y madrugues entre semana, si duermes las horas necesarias deberías encontrarte recuperado y con energía.
Al dormir fuera de casa duermes mejor: En algunas ocasiones al dormir fuera de casa, ya sea en un hotel, en casa de un/a amigo/a o en cualquier otro lugar notamos que dormimos mejor que en nuestra propia cama. Esta es una clara señal de que la duración de nuestro colchón ha llegado a su límite.
Estornudas cuando te metes en la cama: Esto ocurre, sobre todo, en los colchones viejos que han acumulado grandes cantidades de polvo al estar en uso durante mucho tiempo. Si cada vez que te metes es la cama tienes ganas de estornudar es señal de que deberías cambiar de colchón. Por supuesto, te recomendamos que limpies el colchón periódicamente y que lleves a cabo un buen mantenimiento para evitar que esto ocurra antes de tiempo.
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