Rúbrica o firma: Un viaje a través del tiempo y las escrituras

LECTURA.- ¿Alguna vez te has preguntado por qué llamamos rúbrica a nuestra firma? Es una palabra curiosa, con un origen que nos remonta a tiempos remotos y nos conecta con la historia de la escritura y la identidad.

Acompáñame en este viaje para descubrir el curioso origen de la rúbrica y explorar sus diferentes significados a lo largo del tiempo.

1. Raíces latinas: De rojo a rojo

La palabra rúbrica proviene del latín "rubrica", que significa "rojo". En la antigua Roma, se utilizaba una tinta roja especial para escribir los títulos, encabezados y letras iniciales de los documentos importantes. Esta tinta roja era más costosa y duradera que la tinta negra común, por lo que se usaba para destacar la importancia del texto.

Ejemplo: Los emperadores romanos firmaban sus decretos con tinta roja, dándoles así un carácter oficial y solemne.

La rúbrica roja era un símbolo de poder y autoridad, y su uso se extendía a otros ámbitos, como la firma de contratos o la elaboración de mapas.

2. De la letra al garabato: La evolución de la rúbrica

Con el paso del tiempo, la rúbrica roja fue perdiendo su exclusividad y se convirtió en una forma más simple de identificar a una persona. En lugar de escribir su nombre completo, las personas comenzaron a utilizar un garabato o símbolo que les era único y que servía como firma.

Ejemplo: En la Edad Media, los caballeros analfabetos utilizaban rúbricas como forma de firmar documentos, ya que no sabían escribir su nombre.

La rúbrica se convirtió en una forma práctica y personal de firmar, especialmente en una época en la que la alfabetización no era tan común.

3. Un símbolo de identidad: La rúbrica en la actualidad

Hoy en día, la rúbrica sigue siendo una forma válida de firma en muchos países. Aunque su uso ha disminuido con la llegada de la firma digital, la rúbrica sigue siendo un símbolo de identidad personal.

Ejemplo: En algunos países, como España o México, la rúbrica es necesaria para firmar documentos legales, como contratos o escrituras.

La rúbrica nos conecta con nuestra historia y nos permite expresar nuestra individualidad de una manera única.

En conclusión, la rúbrica ha recorrido un largo camino desde sus raíces latinas hasta convertirse en la firma personal que utilizamos hoy en día. Es un símbolo de identidad, historia y tradición que nos recuerda la importancia de la escritura y la firma como formas de autenticación y expresión personal.

¡Que la rúbrica siga siendo un símbolo de nuestra identidad en un mundo cada vez más digitalizado!





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