LECTURA.- A veces, levantarse de la cama se siente como la cosa más difícil que harás en todo el día. Pero, ¿por qué es tan difícil y qué puedes hacer para que sea un poco más fácil?
Millones de personas en el mundo encuentran paz en la madrugada. Ya sea trabajando o escogiendo esta franja horaria para hacer sus actividades recreativas como tocar algún instrumento, pintar o ver películas.
El insomnio y la mala calidad de sueño tienen efectos en la memoria, concentración, conducta y estado de ánimo. La mala calidad del sueño está presente en casi 45 por ciento de la población, y es quizá el principal síntoma de los trastornos del dormir.
Existen dos tipos de persona por la mañana: los que se levantan llenos de energía desde bien temprano, y los que, por el contrario, les cuesta abrir el ojo. Si eres de los segundos y lo de madrugar no va contigo, ya tienes la excusa perfecta para odiar a todo el mundo de buena mañana.
Todos hemos experimentado ese momento en la mañana cuando suena el despertador y no eres capaz de salir de la cama. ¿Pero y si ese momento se repitiese todos los días?
Podrías tener dysania. No es lo mismo que ser un dormilón o perezoso.
Dysania se puede definir como la necesidad de permanecer en la cama sin dormir, lo que a menudo alivia la ansiedad, el estrés y los sentimientos abrumadores. Dysania no es una condición médica médicamente reconocida ; es simplemente el nombre que se le da al estado de dificultad para levantarse de la cama.
Un estudio de la Universidad de Westminster, Reino Unido, demuestra que madrugar es malo para nuestra salud, ya que aquellas personas que se despiertan temprano suelen sufrir mayor estrés, migrañas, dolores musculares, resfriados y mal humor.
La dysania no es sentirte más cansado de lo habitual en la mañana: es una incapacidad crónica de salir de la cama.
Es normal sentirse mareado después de levantarse de la cama.
Si cree que es la única persona cuya cama parece estar sujeta a una gravedad adicional por las mañanas, no lo es. Sentirse cansado cuando te despiertas es solo parte del ser humano. A medida que el cuerpo sale del sueño, es normal sentir el deseo de quedarse en la cama o volver a dormir. Se llama inercia del sueño.
Las personas que se levantan tarde tienen un comportamiento más sosegado y menos ocupado. Los investigadores también afirman que no se trata de la cantidad de horas dormidas, sino del momento exacto en el que uno se despierta.
Ahora que sabe que sentirse aturdido al despertar es normal, como siguiente paso, le recomendamos ajustar sus expectativas y su horario para lo que puede lograr a primera hora de la mañana. En lugar de tratar de obligarte a ponerte en marcha al abordar una tarea difícil o una reunión de alto riesgo, date tiempo para relajarte en el día con actividades productivas que requieren menos energía y concentración. Puede crear su lista de tareas pendientes, repasar su agenda para el día o consultar su correo electrónico. Piense en ello como organizarse a medida que su cuerpo se enciende para el día.
Si no estás seguro de si tu letargo es un síntoma de una enfermedad más grave, intenta cambiar tus hábitos a la hora de dormir.
Primero, trata de regular cuánto duermes. La mayoría de los adultos necesitan entre seis y nueve horas.
Haz un poco de ejercicio cuando te levantes por las mañanas e intenta acostarte a la misma hora cada noche.
La relajación es clave: intenta tranquilizarte antes de ir a dormir con un baño relajante o algo de ejercicio ligero, como estiramientos de yoga.
No te olvides de eliminar las distracciones como teléfonos móviles y computadoras portátiles.
Si después de todo esto sigues experimentando ansiedad o depresión a la hora de levantarte de la cama, consulta con tu médico.
Pueda que sientas que simplemente eres un perezoso, pero a menos que vayas a revisión nunca lo sabrás con seguridad.
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