Casi todo el mundo se siente solo en algún momento. Nos quedaríamos pasmados si nos dijeran el número tan grande de personas que viven absolutamente solas en nuestros pueblos y ciudades.
En el ámbito de la salud mental, se discrimina entre soledad deseada y soledad impuesta para referirse a la diferenciación entre soledad con consecuencias negativas (aparición de trastornos mentales) y soledad con consecuencias positivas (espiritualidad y autoconocimiento, creatividad y aprendizaje).
Se cuentan por decenas de miles la gente que no tiene familia ni amigos en nuestro país. Son demasiada gente aislada y eso nos lleva a preguntarnos por los peligros de la soledad y los riesgos que genera en nuestra salud.
Pero para otras personas, la soledad es una forma de vida, una que puede deberse no a la cantidad de personas a su alrededor sino a la falta de conexión con los demás. Y, según las investigaciones, la soledad crónica puede tener consecuencias adversas para tu salud.
Más allá de valoraciones de índole filosófica o metafísica, la soledad ha sido ampliamente estudiada,y hay tres características comunes al sentimiento negativo de soledad:
• Experiencia estresante y displacentera.
• Experiencia subjetiva que contrasta con la evidencia física de aislamiento social.
• Resultado de deficiencias en relaciones interpersonales.
Riesgos de la soledad para la salud
- El aislamiento social aumenta significativamente el riesgo de una persona de morir prematuramente por todas las causas, un riesgo que podría rivalizar con el del tabaquismo, la obesidad y la inactividad física.
- El aislamiento social se asoció a un aumento de casi el 50 % del riesgo de demencia.
- Las relaciones sociales escasas (caracterizadas por el aislamiento social o la soledad) se asociaron a un aumento del 29 % del riesgo de enfermedad cardiaca y a un aumento del 32 % del riesgo de accidente cerebrovascular.
- La soledad se asoció a mayores tasas de depresión, ansiedad y suicidio.
- La soledad en los pacientes con insuficiencia cardiaca se asoció a un riesgo de muerte casi 4 veces mayor, a un aumento del 68 % del riesgo de hospitalización y a un aumento del 57 % del riesgo de visitas a la sala de emergencias.
Un pequeño estudio encontró que las personas que se sienten solas tienden a experimentar más interrupciones del sueño nocturno que aquellas que no lo hacen.
La soledad puede provocar una respuesta negativa del sistema endocrino y está ligada a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas o cáncer. Incluso está demostrado que quienes viven solos presentan un mayor riesgo de morir prematuramente.
Los seres humanos somos criaturas sociales. Sentir que somos parte de una comunidad nos ayuda a prosperar. A veces, sin embargo, tenemos dificultades para establecer y mantener las relaciones que nos sostienen.
Pero, que se puede hacer?
Hay cosas que puede hacer para protegerse a sí mismo o a un ser querido de los efectos negativos de la soledad y el aislamiento social. Primero, es importante cuidarse a sí mismo. Intente hacer ejercicio, comer saludablemente, dormir lo suficiente (de 7 a 9 horas) y realizar actividades que disfrute para ayudar a controlar el estrés y mantenerse lo más saludable posible, tanto mental como físicamente.
También es importante mantenerse activo y en contacto con los demás.
Las personas que participan en actividades productivas y significativas que disfrutan con otros tienen un sentido de propósito y tienden a vivir más tiempo. Por ejemplo, ayudar a otras personas a través del voluntariado lo ayuda a sentirse menos solo y le permite tener un sentido de misión y propósito en la vida, lo cual se relaciona con una mejor salud. Hay diversos estudios que muestran que actividades como estas pueden ayudar a mejorar su estado de ánimo, su bienestar y su función cognitiva.
Las siguientes son ideas adicionales para ayudarlo a mantenerse conectado. Recuerde tomar medidas para mantenerse seguro y activo .
- Encuentre una actividad que disfrute, retome un viejo pasatiempo o tome una clase para aprender algo nuevo. Puede divertirse y conocer a otras personas con intereses similares.
- Programe tiempo todos los días para mantenerse en contacto con sus familiares, amigos y vecinos, ya sea en persona, por correo electrónico, en las redes sociales, con llamadas telefónicas o mensajes de texto. Hable con personas de su confianza y comparta sus sentimientos. Sugiera una actividad para ayudar a sustentar y fortalecer las relaciones existentes. Otra buena forma de mantener las amistades es enviándoles cartas o tarjetas.
- Utilice tecnologías de comunicación como vídeo charlas, parlantes inteligentes o incluso robots de compañía para ayudarlo a mantenerse ocupado y conectado.
- Si no sabe mucho de tecnología, inscríbase en una clase en línea o en persona en su biblioteca pública o centro comunitario para aprender a usar el correo electrónico o las redes sociales.
- Piense en la posibilidad de adoptar una mascota si puede cuidarla. Los animales pueden ser una fuente de consuelo y también pueden reducir el estrés y la presión arterial.
- Manténgase físicamente activo. No se olvide de hacer ejercicios en grupo, como unirse a un club de caminatas o ejercitarse con un amigo. Los adultos deben ponerse como meta realizar al menos 150 minutos (2 1/2 horas) a la semana de actividad física que les haga respirar con dificultad.
- Conozca a sus vecinos.
- Encuentre una organización religiosa donde pueda profundizar su espiritualidad y participar con otros en actividades y eventos.
- Consulte los recursos y programas que hay en las agencias de servicios sociales, los centros comunitarios o de personas mayores y las bibliotecas públicas.
- Únase a una causa y participe en su comunidad.
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